Una ley primará que vivan con familias y agilizará los trámites para adoptar
MARÍA R. SAHUQUILLO - Madrid - 08/07/2011
Ya no habrá cunas en los centros de acogida. Los menores de seis
años que estén en situación de desamparo irán directamente a casa de una
familia, de acogida o de adopción. Así lo prevé el anteproyecto de Ley
de Protección a la Infancia que, según anunció ayer en una comparecencia
en el Senado la ministra de Sanidad Política Social e Igualdad, Leire
Pajín, estudia hoy el Consejo de Ministros.
La norma simplifica y agiliza los trámites para estos
procedimientos, que duran años. La nueva regulación, según ha sabido EL
PAÍS, termina también con la figura de la acogida preadoptiva. Los
padres deberán decidir desde el principio si quieren adoptar a un hijo o
solo acoger a un menor en desamparo.
No hay datos de cuántos menores tutelados hay en España. Cada
comunidad tiene sus cifras. La comisión especial formada en el Senado
para tratar este problema los cifra entre 35.000 y 40.000 (hasta los 18
años), en su informe de 2010. El 25% de ellos aún no ha cumplido seis
años.
La norma que analiza hoy el Gobierno y que tiene como principio que
los menores no sufran situaciones de desamparo, traza dos caminos. Uno
para los menores que viven con su familia, en las que se han detectado
problemas; y otro para el resto.
Para el primer caso, la ley contempla mecanismos para que, una vez
detectada la situación de riesgo, los servicios sociales intervengan y
pongan en marcha políticas que ayuden a la estructuración familiar. Si
esto no es suficiente, explican fuentes del Ministerio de Sanidad y
Política Social, se tratará al menor de forma individual. Existirá, por
ejemplo, la opción de que acuda a un centro de menores "de día" y se le
acompañará en la escolarización. Si nada de esto funciona, el menor
pasará a una familia de acogida. Una fórmula en la que viven unos 10.000
menores, según datos de los expertos del Senado.
La segunda parte de la ley se ocupa de aquellos menores que ya han
entrado en una situación de desamparo. Para ellos, igual que ahora,
habrá tres vías: acogida, adopción o centro de menores. Los menores de
tres años pasarán, según prevé el anteproyecto, directamente a una
familia de acogida o adopción. Los niños de tres a seis años también
irán, aunque no directamente sino "prioritariamente", a casas en lugar
de centros. Su ingreso en una familia, explican fuentes próximas a la
ministra, suele ser más complicado que con los niños más pequeños. Los
centros de menores serán, por tanto, la última opción.
Se pretende acabar con una situación dramática para los menores, que
ahora esperan mucho tiempo en centros de acogida hasta que la
administración soluciona su caso. Y es que España está a la cabeza de
Europa occidental en número de menores institucionalizados. Una
situación muy desaconsejada por los expertos.
Otra de las novedades del anteproyecto -que modifica el Código
Civil, la Ley de Protección Jurídica del Menor y la Ley de
Enjuiciamiento Civil- es que separa los procedimientos de acogida y
adopción. Acaba así con la acogida preadoptiva, en la que una familia
podía tener a un menor en acogida y luego decidir adoptarlo.
La norma contempla también la posibilidad de adoptar a mayores de 18
años si estos vivían previamente con los adoptantes en acogida, o si la
convivencia de esa persona con la familia, antes de cumplir la mayoría
de edad, era "estable". Se trata de que el joven, al cumplir 18 años, no
pierda la protección de la familia con la que ha vivido en acogida, y
de que pueda beneficiarse de todo lo que el Código Civil prevé para un
hijo.
La ley regula también los centros de acogida para menores con
trastornos de conducta, que ahora se guían por normas autonómicas;
aunque ninguna específica, según fuentes de Política Social. Una
situación que deja a los menores que viven en estos centros en una
situación, si cabe, más vulnerable; y sobre la que ya habían llamado la
atención organizaciones de protección de la infancia y el Defensor del
Menor.
Un reciente informe de este último detallaba abusos en centros de
menores de la Comunidad de Madrid: desde encierros a ataduras con
cadenas o cuerdas. Para acabar con estas prácticas sin control, el texto
estipula que un menor solo puede ingresar en un centro para personas
con problemas de conducta si existe un diagnóstico de un experto.
Además, se establece cuándo se le puede medicar. Para ingresar a un
menor en un centro con libertad restringida (diferentes de aquellos para
chicos que han delinquido) se necesitará autorización judicial.
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