miércoles, 8 de junio de 2011

UN NIETO UNIVERSITARIO

Querida mamá:
Hoy salieron las notas de PAU de Miguel. Tengo un hijo universitario de dieciséis años. Tiene un 8,5 de media. El curso le resultó muy difícil, es indudablemente una persona mejor dotada para las letras, pero se le metió en la cabeza hacer un bachillerato científico tecnológico porque era demasiado pronto para dejar las Matemáticas, y la Física… Le resultó duro y sin embargo tuvo una media de 8,18 puntos. No está mal para un humanista, como él se define. Piano. Ahora compró una armónica. Dibujo, quiere estudiar Diseño Gráfico e Ilustración, pero todavía no está preparado. No sabe suficiente de arte, está comenzando todavía. Las notas de PAU son como te cuento: en Lengua un 6,5 (yo esperaba menos porque no le dio tiempo hacer la prueba de sintaxis, estaba demasiado nervioso, era el primer examen; con eso ya perdió 2 puntos, además  explicó la muerte de Pedro Páramo en lugar de la de Miguel Páramo, otro punto que se resta; en resumen, lo que hizo estaba casi perfecto), en Filosofía, 10; Tecnología Industrial, 8 y Lengua Inglesa 9,5.
¿Te acuerdas cuando ibas a buscarlo a Posada y luego al autobús de Lugones o cuando cuidabas de él de chiquitín y no tan pequeño? Fue saliendo adelante a pesar de las dificultades familiares y a las zancadillas del colegio. ¡Qué mal estuve cuando me llamaron de San José de Calasanz para decirme que dibujaba motos, si su hermano…! “No, respondí, su hermano tiene una forma muy clásica de vestir”.
Era un alumno sobresaliente, pero dibujaba macarras. No fue suficiente, tuve que soportar que el servicio de orientación del colegio sugiriera que estaría mejor con su padre que conmigo y dos enfermos mentales. Llegué a llevarlo a San Rafael por si le estaba influyendo negativamente la vida familiar tan complicada. El tema era otro: tenía un cociente intelectual de 144, era un niño de altas capacidades. En el Colegio de Lugo todo habían sido alabanzas, a pesar de que era torpe en los movimientos y llevaba en las notas una luz naranja de “necesita mejorar” en psicomotricidad, patosillo. Desde muy pequeño era capaz de dibujar una ciudad en perspectiva, sus apreciaciones eran extraordinarias; un poco extravagante, a su autorretrato, con tres o cuatro años, le había añadido un sombrero y una corbata. No tuvo mucho éxito, pero su mirada estaba perfectamente retratada.
En el IES tengo muchísimo que agradecer a todo el equipo docente, y a María José y a Julia especialmente. Cuando el chico vio que era el momento de marcarse un reto con los estudios, lo apoyaron y lo ayudaron a saltar de curso, de segundo a cuarto y salió bien.
Ahora es universitario. Demasiado mayor y demasiado joven a un tiempo. Con el cuarto demasiado desordenado. Demasiadas inquietudes e ideales para ser un universitario al uso.
Un beso muy grande.

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