sábado, 21 de mayo de 2011

LAVANDERA POR UN DÍA, Y LOS QUE ME QUEDAN...


"Lavanderas"
del blog del periodista ecuatoriano Daniel Granja

Venía del siglo XIX y volví dando un paseo por aquí. Y por aquí...


Y por aquí:

(De la fotógrafa checa Sara Saudkova)
Querida mamá:
Volviendo al principio, venía del siglo XIX. Me gustaría que vieras cómo van por aquí las cosas. Ibas a mirar con esa cara de asombro y de concentración en la nada y luego seguramente irías a colocarme las piezas en el tendedero combinando los colores de la ropa y los colores de las pinzas. El tu tendederu siempre fue una obra de arte. Cuando nos pedías ayuda para que te colgáramos la ropa, tenías luego que perder tiempo en colocar cada cosa en el sitio más estético y prender las pinzas en los puntos que más mimaran la ropa, para que no quedara huella.
Ayer puse dos cubos de ropa a remojar y hoy me llevó un buen rato lavarlo todo. ¡Adora la lavadora! Ya no recordaba esta sensación del agua fría en las  manos, cepillar los pantalones, restregar las manchas y retorcer cada pieza. ¿Cómo eran de grandes o de hábiles las manos de las mujeres de antes? ¿Sabes lo que me costó exprimir la toalla grande? No conseguía abarcarla y no tenía fuerza en las manos para dejarla en condiciones. Ahí está, como pude...
La vida aquí me está resultando bien difícil. A veces pienso en crear una web de mendicidad on line. No llego a todo. Ya no quedan goteras en el tejado (tan sin lluvia que ahora me molesta que los canalones alejen el sonido de las gotas, una casa sin pellovios, no sé qué decir), conseguí que las tuberías cumplan su función (aunque siguen cubiertas precariamente porque periódicamente hay que comprobar que las aguas sucias lleguen al pozo negro sin novedad, aquí me ves exuberante de "glamour" y ahora espero a tener dinero para dar forma a la cocina y que el fontanero vea cómo se puede instalar aquí una lavadora y cómo hacer para que el agua del fregadero deje de ser el caño de una fuente que mana bestiamente cada vez que abro un grifo y deja una mancha en la pared digna de un desconchado de posguerra.
Unos paños de cocina quedaron como antiguamente al verde, no hay manera de sacar aquellas manchas; a ver con tu método de la rosada, el prelavado de los años sesenta en casa.
Por fin la ropa esta tendida. ¿Qué deciais cuándo estábamos los críos por allí y no podiais hablar de cosas de mayores? "Hay ropa tendida". Trabajaba y se me venía a la cabeza esta expresión y la canción de "La virgen está lavando y tendiendo en el romero..." Entiendo que tradicionalmente el trabajo manual estuviera ligado a la canción. A pesar de la tristeza, aunque no brote la música, la letra queda dando vueltas en la cabeza. Solo que aquí ni hay "ropa tendida" (qué mayor y qué extraño está ya Miguel), ni los mayores usan con prudencia la palabras delante de los pequeños, ni se estilan los tabúes, no soy virgen, y todo lo que florece es este dolor de espalda casi insoportable y la enredadera de la muria del vecino, no voy a ser injusta. Besos y flores.

 
 ¡Cuánto me molesta no saber subir mis fotos para regalarte flores de verdad!




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